No todas las personas se toman el tiempo de analizar un bien antes de adquirirlo, lo cual más tarde genera malestar por diferentes razones, entre ellas no se compra lo que se necesita o se dejan llevar por las supuestas ofertas y recomendaciones de terceros, terminando luego arrepentidas con un producto que por lo general termina estorbando, guardado en un closet o en el peor de los casos desechándolo.
Dos errores garrafales al momento de comprar tapetes de yoga es pensar directamente en economía, si bien no se trata de buscar el más costoso, se debe hacer una buena inversión llevando aquel cuyo costo aunque sea elevado pueda durar mucho más; por otra parte está el tamaño y grosor, muchos dirán que mientas más grandes y gruesos mejor, no sabiendo que están por completo alejados de la realidad.
No se trata de hacer volteretas que ameriten una gran superficie, el yoga es una disciplina de tranquilidad en donde el equilibrio juega el papel fundamental, por ende los tapetes para yoga deben ser sencillamente anti resbalantes. No es tampoco una colchoneta para dormir que requiera un gran grosor, de manera estándar basta con medir entre 3 a 5 milímetros, solo es necesario que aíslen un poco lo duro y frio del piso o las molestias ocasionadas por el pasto natural.
Otro punto en contra de los tapetes grandes es que imposibilitan la movilidad si no se cuenta con un vehículo para trasladarse, pues sería muy complicado por ejemplo ir en bicicleta o llevar a cuesta un enorme rollo si se va caminando.
Por muchos consejos que se lean o escuchen, en realidad la elección de los tapetes para yoga debe ser subjetiva, es decir, hacerse de acuerdo a las necesidades y gustos de cada quien.